lunes, 10 de junio de 2013

Un rincón en mi casa

Hay espacios reservados a la intimidad. Hay espacios para trabajar, espacios para soñar, para huir.
Un día fotografié uno de estos espacios. Era un espacio lleno de color, con cuadros apiñados en un
hermoso y fragil desorden humano. Miré esos cuadros que yo había pintado, y que a la vez me resultaban tan extraños. Fotografié ese rincón de mi casa, y me emocioné un poco. Era como la página rota de un diario, una página con manchas y bocetos de sueños que no realizaré. Hay pinceles, y un frasco vacío de
cerveza. Hay también polvo sobre el lomo de los cuadros, un polvo literario y extranjero que me lleva a otra época, me transporta en el tiempo. Y me veo en París, a principios del siglo XX, en mi estudio.
Es como si hubiera vivido otra vida.