jueves, 11 de julio de 2013

El estudio de Amedeo Modigliani

Me emocioné como un niño cuando descubrí este estudio en internet. En internet está todo, o casi todo. Entre estas paredes y estas ventanas pintó Modigliani, durmió, amó a Jeanne Hebuterne, su última musa.
Es un lugar aparentemente cálido, pero Amedeo pasó hambre y estuvo muy enfermo entre esas paredes.
Jeanne posó muchas veces para él. Él bebía, hablaba en voz alta mientras pintaba, recordaba unos versos
de Dante, o recitaba fragmentos de "Los cantos de Maldoror". Sentía cómo la vida se le rompía por momentos, y sentía el peso de la muerte, esa sensación de lejanía y placer que hay en un sólo segundo, como una música que nadie más escucha. Todo su arte nació entre esas esquinas rotas, desorientado y frágil en medio de la nada, como algo sublime y trágico. Pero él, mientras tanto, dormía, soñaba y se sumergía en los ojos de sus modelos como un niño.
¡Cómo admiré siempre a este pobre pintor italiano!

lunes, 8 de julio de 2013

Algunas tardes últimas

Un violonchelo dibujado con acrílico y un trompetista. Son fragmentos de un cuadro que he regalado a Sonia Megías. Unas fotos junto al mar, con Luis e Isabel y otros amigos de Cataluña. Yo leí poemas al anochecer, despues de cenar y beber un buen vino que Luis había traído.
Son algunas tardes últimas que he añadido a mi colección de tardes sin sentido, aunque me debo a ellas,
o ellas a mí, me buscan, me seducen, me tumban. Gracias. Y gracias a Luis, por ese vino.