Querido amigo, tenía ganas esta mañana de hablar contigo, de recuperar esa luz extraña que lo envuelve todo, o simplemente la verdad que hay en las cosas, en las cosas
más sencillas. Leo muchas veces fragmentos de la prosa que me has enviado por correo electrónico. Lo tengo grabado en mi lápiz de almacenamiento, y es como un libro
que uno deja sobre la mesita de noche.
¡Hay tanta vida en esa prosa y tanta locura!
No hay comentarios:
Publicar un comentario